Erik Johansson: mucho más que el fotomontaje perfecto Toño Antón, 23 de febrero de 2017
Este joven fotógrafo sueco (Götene,1985), encumbrado internacionalmente desde comienzos del siglo XXI por numerosos premios y trabajos de gran imaginación, destreza y sutileza en el uso del fotomontaje fotográfico, es toda una autoridad en su campo ante el cual yo también me he rendido. Nunca dejan de sorprenderme la calidad e invocación de sus imágenes. Su dominio de la edición digital mediante Photoshop no es más que la punta de un iceberg en el que Erik Johansson despliega toda su creatividad y su capacidad técnica para maravillarnos con sus ocurrentes y evocadoras imágenes llenas de “Sutileza” en mayúsculas, cualidad que impregna todos los aspectos de sus imágenes: localizacíones, preparación, temática, luminosidad, cromatismo, edición… Si a todo esto le unimos que aborda personalmente todas las fases de sus trabajos (desde la elección de las localizaciones hasta la postproducción final) y además lo hace desde una exigencia y consecución técnicas impecables, creo que nos encontramos ante una persona de una “categoría fotográfica“ especial y que muy probablemente haya escrito ya desde tan joven su nombre en la historia de este arte. Como el mismo dice, no capta momentos, sino ideas. Para ejecutar definitivamente una idea, planifica todo lo necesario, realiza todas las tomas (nunca usando para sus fotografías ningún elemento proveniente de bancos de imágenes, sino usando siempre todo de su propia cosecha). Según la imagen, esto puede llevarle días o meses, tras lo cual realiza el trabajo final de edición en ordenador. En esta fase final, en la que culmina con sello estético propio el proceso creativo, en ocasiones tiene que usar más de 100 capas en Photoshop, que como hemos dicho, es la herramienta digital principal que utiliza. Erik es una persona generosa que siempre cuenta todos los pormenores de sus trabajos. En este sentido, a me resulta especialmente interesante comprobar la sencillez y facilidad con la que parece desarrollar todas esas fases de su trabajo, algo que sólo un gran maestro que siente profundamente la fotografía puede hacer con tanta facilidad. Generalmente no necesita grandes recursos humanos ni técnicos, y los de su preferencia son mayoritariamente su gente y sus entornos sentimentalmente más cercanos, como la zona rural donde se crió, sus amigos, sus colores... Relacionado con todo esto, también es agradable comprobar como en muchas de sus iniciativas más personales Erik Johansson simplemente disfruta lúdica y divertidamente de la fotografía, viviéndola como un juego al que también así se dignifica, demostrando que no es necesario sacralizarla ni cogerla con pinzas porque sea un arte. Son múltiples los sitios donde disfrutar de sus imágenes, indudablemente la primera de ellas su propia web personal ( www.erikjo.com) , pero si queremos ver una breve selección bastante variada y, desde mi punto de vista, muy acertada de sus imágenes, podemos recurrir al apartado que le dedican en la web alemana clickpix. No es necesario saber alemán para disfrutar de las imágenes, basta con el lenguaje universal de la fotografía.