Probablemente la mayoría de nosotros asociamos la palabra vanguardia en el campo de la fotografía a autores y movimientos europeos o norteamericanos, con México también como peso pesado en esta zona del continente. Si hablamos de países americanos más al sur, solemos asociarlos a otro tipo de fotografía, más antropológica, social, política o documental, por ejemplo. Con nuestro punto de vista occidental quizás también pensemos en Argentina si hablamos de vanguardia fotográfica, y se me viene ahora a la cabeza la figura de Grete Stern y sus fotomontajes tras haberse afincado en este país con su marido, el también fotógrafo Horacio Coppola , aunque como resulta evidente, la formación y cultura de ésta era plenamente europea. Seguramente no pensemos tan fácilmente en Brasil hablando de fotografía moderna (de parecernos el término vanguardista demasiado exagerado), pero su llamada Escuela Paulista, relacionada con la ciudad de Sao Paulo y muy especialmente con el Foto Cine Club Bandeirante , ha suministrado gran cantidad de fotógrafos especialmente interesados por todos los aspectos de su entorno, entre ellos las posibilidades novedosas y chocantes que ofrece toda gran ciudad, como materia experimental y moderna. Desde este punto de vista, la experimentación compositiva y documental ha generado imágenes de gran frescura y modernidad de mediados del siglo XX en Brasil que no tienen nada que envidiar a las producidas en otros países teóricamente más vanguardistas en el campo de arte contempáneo. Muchas de las características compositivas de las imágenes de estos autores de mediados del siglo XX, entre ellos German Lorca, el español Marcel Giró o José Yalenti , entre otros muchos, hacen pensar ineludiblemente en imágenes anteriores de vanguardistas alemanes o rusos, como, por ejemplo, Alexander Rodchenko , con tomas novedosas, la práctica de la abstracción, un gran dominio del claroscuro y el uso de las líneas y el intenso contraste. El primer autor de esta escuela del que quiero hablar es German Lorca (Sao Paulo, 1922), que está cerca de cumplir el siglo de vida. He elegido este autor precisamente por su impronta abiertamente vanguardista, como se puede ver en el enlace accesible desde su nombre, y también por esta conocida obra que vemos a la derecha (”Piernas”), que cumple con muchas de las virtudes de una gran obra: sencillez (compositiva y tonal), ritmo, evocación… Dentro de las imágenes de German Lorca resulta curioso observar como se va cerrando el círculo de la experiencia, como se comprueba que la experimentación y la modernidad acaban llegando al inicio de todo, a la simpleza.